Inevitable es amarte tanto
a ti que inventas nuevas melodías.
En auroras y ocasos
en luces y penumbras
tu sello como marca que se queda
como indeleble tinta de amapolas
se instala en la figura de mis días.
Te llevas mi tristeza, y traes la calma
me envuelves en tus fuegos que no paran
de llenarme de besos
de plantar mil semillas
de ternuras y flores
en el fondo de mi alma.
Y tu mirada, tu radiante mirada
que enamora mis ojos cuando me hablas,
me grita alborozada que me amas,
y escondo yo la mía, sonriente y esquiva
para no dejar ver,
mi amor que por ti estalla.
Y entonces me despido, entonando aquel canto
como susurro suave que te dice al oído
que inevitable es, seguirte amando tanto...