Ahí estás, aquí estoy yo…y en el medio una taza de café, bajo la mirada entre sorbos cortos y juraría que cuando vuelvo a verte hay algo nuevo que contar.
Viajes, sonrisas, sueños, hijos…sigo bebiendo y tú sigues cambiando. Sigues siendo tú, pero el tiempo ha dejado su marca indeleble en tu piel.
Mi vida parece una película sepia que se mezcla con el aroma y los vapores del café y por ende sigo bebiendo para sorprenderme al levantar la mirada.
Esta vez ya no estás y la vista me parece distinta, sólo queda la soledad y los recuerdos…No tiene caso beber más café, mucho menos bajar o subir la mirada.