Cadencias tristes...
soterradas
y aleves horas,
entre lágrimas
impares...
impúdicamente
desguarnecidas,
en el arco...
deshojado
de su vuelo,
en el inquebrantable
y pudoroso
adarve...
lánguidamente
humedecido...
entre alondras
espumosas
a veces
desbocadas,
por impúdicos
secretos...
apenas descuidados
breves,
en el lago...
inconfesable
de su rezo.