Edmundo Onofre

CAMINAR

CAMINAR


Me agrada muchísimo salir a caminar
y disfrutar plenamente de todo al mirar
desde mi tan cercano y florecido jardín
hasta los lejanos suburbios casi sin fin.
Mirar a las personas que caminan a prisa
sin pintar en sus labios ni una sonrisa,
hasta aquéllas que siguen como yo, lentamente
sin ningún problema que distraiga la mente
aprovechando al máximo lo que está a la vista,
de aquello que el rodeado paisaje revista...
disfrutando de todo... y de la fresca brisa,
desde las cosas nuevas, hasta las hecho trizas.
Caminar, oliendo cada hoja derramada
Caminar, por sobre las baldosas enceradas,
deslizando los pies junto a la tierra suelta,
avanzando hacia el frente sin darse vuelta.
Salir, pasear, mirando cabizbajo el cemento
levantando la cabeza también, sin lamentos.
Grato es pasear durante la madrugada
aprovechando el aire y la frescura soñada,
disfrutando de los primeros rayos de sol
cuando el ambiente no es tibio, ni sientes calor.
Caminar al mediodía es entretenido
con el bullicio de la gente, muy confundido.
Pasear durante la tarde y al caer la noche
disfrutar de cada pisada, sentir su boche.
Caminar, pasear, contemplar y disfrutar todo...
el mejor gozo de la vida, de todos modos.