Era la noche serena cuando llegaste a mí,
aquí donde los pajarillos cantan,
donde la luna se enreda entre las ramas,
y nos acaricia el viento que pasa por aquí.
Fué bajo la noche serena que te vi al fin,
mis ojos te vieron desde arriba...
mientras ibas y venias, alegre de tenerme solo para ti,
ibas y venias, y tus ojos desde abajo me veían solo a mí.
Luego caminamos rumbo a un árbol;
un árbol grande, un árbol gris,
desde donde viste al norte, y... yo tambíen lo ví,
desde arriba te veía; te vi otra vez ir y venir.
Se acabó el silencio de esa noche,
el viento quiso callar tu boca, pero no fué así,
tu voz iba en aumento y hasta las nubes huyeron de aquí,
todo hasta que la esencia de mi alma; surgió cálida sobre ti.
Era la noche serena cuando tu llegaste a mí,
y desde aquella noche nos vemos en el bosque;
solo para ver tus ojos desde arriba,
para que otra vez mirando al norte;
el azul del cielo puedas otra vez sentir.
Autor: Miguel Peralta López (Peralta 03).