La tierra de mis caminos
se desnuda desbocada
bajando los senderos,
se lleva todo... violada.
La torva lluvia, su compañera
solloza en sus desvelos
la muerte lenta
del hombre imperio,
y acompañada de viejos mares
que dormidos despiertan
vomitan sangre
a sus adentros.
Los fuerte vientos
que la tierra invoca
se revelan sin tiempos,
no importa nada, todo lo arrastra,
y el hombre injusto
que caos provoca
por su avaricia,
no siente prisa;
perdón no pide
mas, su muerte improvisa.
Jorge Aimar Francese Hardaick
Escritor y Poeta - Argentina
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