Creí en ti, en tus palabras,
eran sonetos de melodía
que cautivaron mi alma
Creí en ti, en tus caricias,
que humedecían mis sentidos
llenándome de lujurias ardientes
Creí en ti, en tu aroma,
que impregnabas mi ser
de una sutil fragancia primaveral
Creí en ti, construí sueños,
que se desvanecieron al soplo
del solitario viento