Junto al altar
Nuestro Padre Todopoderoso,
Creador, Redentor y Salvador,
Presente en la Eucaristía,
En La Trinididad Santa, un solo Dios
De amor y misericordioso.
Esta en los montes, en los cielos,
En el templo y mi corazón,
En el enfermo con su oración,
En el socorro del prójimo.
Santo, oh Santo sea tu Nombre,
Que te llaman a susurros los débiles,
Los que buscan paz y saciar su hambre,
Tus hijos deseosos de justicia.
Que se acerque tu Reino,
Donde no hay corrupción,
Donde muere la discriminación,
El lugar donde todos somos hermanos.
Aquí estoy Señor, que sea tu voluntad,
Cuando el enfermo está en fase terminal,
Y la sentencia del prisionero llega al final
Recordando a María y su humildad.
Bendito sea el Señor,
Hombres y mujeres, canten a Dios,
Montañas y mares, alaben con amor,
Plantas y animales, obras del Creador.
Danos siempre mi buen Jesús,
El pan nuestro de cada día,
Como el evangelio que lleva alegría,
Porque provee la Buena Nueva.
En el Gólgota, Jesús fue crucificado,
Por un propósito se entregó de corazón,
Nosotros imploramos su perdón,
Por tanto pecado que hemos practicado,
Oh, Divino Maestro, enséñanos,
A perdonar, a quienes nos han lastimado
Hiriéndonos con sus palabras,
Haciéndonos daño con sus malos actos.
Líbranos de todo mal y de todo peligro,
Que no caigamos en las tentaciones.
Que nos fortalezca el Espíritu Santo,
Para seguir en un caminar seguro.
Que todo sea bajo la advocación,
Con la Bienaventurada Virgen María
Acogidos al llamado de cada día,
Constantes en la oración y la armonía.
Que sean oídos los ruegos de los Santos,
Tomándolos de ejemplos y modelos,
Perseverantes en la fe y en defenderla,
Siendo laicos y el pueblo de Dios.
Juventino Pérez