José Antonio Vilela Medina

Otra mañana ominosa

Otra mañana ominosa,

péndulos, los rayos de sol

fustigan el vergel de rosa,

en un sonsonete de hora tras hora.

 

El aire rancio, el cielo rojo ladrillo

el alma mortecina, de rojo rosa,

viva, encarnada, doliente,

Y los caninos chirrían,

y al espíritu, hora tras hora

tic toc, tic toc, fustigan sin perdón su ladrido.