Tejiendo pedazos de silueta agreste…
se hacen al monólogo
pasajes inolvidables
Poesía verde oliva
aromada a sudor de ideales
arañando el silencio rebelde
Sigo recordando al compañero del caserío
Maestro curtido de surcos en la conciencia
risueño de domingos libres
Como centinela penitente de la montaña
se hacía fresco manantial del campamento
Las luciérnagas
todavía esconden la oscuridad
huele a pólvora mojada en la memoria
Las aves murmurando a escondidas
siguen levantando al enemigo
Clandestino
aquel rocío mañanero
evoca enseñanzas cimarronas
rayos
horizontes
plenos de humanidad