Mi infancia tuvo una bicicleta
de blancas llantas de goma
y un bosque alto y perfumado.
Mi infancia tuvo hermanos
y amigos claros y cálidos
cuyos nombres ya he olvidado.
Mi infancia tuvo libros
que despertaron mis células
que perfumaron las tardes
y me llevaron a reinos incógnitos
llenos de duendes y hados
princesas de dorados cabellos
príncipes arriesgados y valientes
y dragones de brillantes escamas.
Mi infancia tuvo retazos
de juguetes de lata que volaban
en el universo del patio,
un tren que echaba humo blanco
y que siempre regresaba
a los iniciales sueños.
Mi infancia tuvo heridas
que se han ido curando
ahora llevo un niño que no cabe
dentro de este raído traje.