Diafana

Cosas del Talión...

Señora, hoy recibí su correo, que leí atentamente

Dónde me pide que no la odie y menos la condene

Por haber llenado el hueco que dejé en su mente

Y ser la mujer que ahora en sus brazos le mantiene

 

No la odio, señora… quizá la envidio, sí… un poco

Y sé que a usted menos que a nadie, derecho le falta

Yo fui el amor de impronta, apasionado y quizá loco

Usted es la mujer que le dio hijos, y eso le exalta…

 

¿Recuerda usted aquella vez?... que al calor del vino

¿Me dijo que su peor error había sido dejarlo solo?

Pues yo lo hice también… estúpida, le hice lo mismo

Pero si sirve ahora de algo, le juro que lo hice sin dolo

Sería el destino, que me hizo admirarla, cuando sus hijas

Nos reunieron juntas, para festejar el día de las madres

Y nos hicieron reinas… porque usted les había dado la vida

Y a mí,  por ser la amante compañera de ellas y su padre…

 

No hubo engaño de por medio, ni romance escondido…

Fue la tragedia la que los reunió de nuevo, y el amor

Que sólo había quedado en sus vidas, laxo y adormecido

Y yo no pude, por meses, o años quizá, brindarle calor

Cómo quisiera odiarla, señora… pero ya ve que no puedo

Cosas que tiene la vida… cosas que tiene mi pobre amor

Nunca quise ni señalarle a usted, ni obcecar en mi denuedo

Que las dos amamos, a quien sabemos un gran señor…

 

Sólo le pido, que él no sepa que lo que he respondido

A su valiente manera, de afrontar esta loca situación

Deje que él piense, que en mí, ha quedado en el olvido

Y no le diga que me envuelve la oscura desesperación…

 

¿Recuerda aquella ley de ojo por ojo y diente por diente?

Pues hoy se cumple en nuestras vidas, con real resolución

Y si alguna vez nos vemos, señora…  Míreme de frente…

Que esto no es un engaño… son sólo cosas del talión…