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**-El Fantasma Frio - Cuento Corto-**

Era casi invierno, cuando destella una casa en madera y cruje como la leña en la hoguera. Cuando crece una flor en el jardín casi invernal. Es viernes y no todo se siente como todo un sol en la mañana o en el amanecer. Un gato negro pasa frente a la casa como de costumbre. Es el fantasma frío que cruza por la ventana y en la casa arde como la luz de luna en la noche oscura. Y son las tinieblas tan frías que cruzan un estandarte. Es el fantasma frío que acecha con devorar todo a su paso. Y asusta a todo mundo en la casa de madera. Y tiembla como tiembla el cuerpo asustado de tanto presentimiento en la noche desolada. Llega, Kurú, y pasa enfrente en la casa de madera. Y llega una luz descendiente hacia sus propios ojos de luz. Es lo etéreo del cielo, o es el hielo que se cuece entre el calor del frío invernal de un invierno casi seco. Kurú, entra a la casa, y se indigna de ver aquel fantasma sentado en el sofá color púrpura. Y queda como una luz inerte, fría con calor extremo en el bombillo de luz. Y se encierra en el ademán de sus propios gestos. Como un siniestro percance se debate entre la espera de algo que nunca se siente a esperar. Es el fantasma frío que queda como huérfano de una luz que sigue alrededor en una casa sin luz. Donde se gana y se pierde la oportuna faena del día. Es el invierno azul lleno de frío, cuando la tormenta viene y va en calores de mucho superfluo. Esta, Kurú, en la casa de madera, vieja, desolada, y, con fríos. Es el fantasma aquel lleno de frío. Cuando aparece y desaparece entre la bruma de la noche silenciosa. Y, Kurú, en medio de la tormenta, como si estuviera quieto, inmóvil, inerte en el tiempo. Es el fantasma frío que desata un tiempo en que se dice que el frío atormenta. Lo que no desata y lo que no ata cuando se adquiere un tormento. Y, Kurú, viendo al fantasma y le pregunta: -”¿Que haces aquí?”-, Kurú, indagar, y el fantasma frío y de tinieblas entre sus pieles se enfría mas y mas entre los escollos de aquella pregunta… y, no contesta… Y, Kurú, se enfada al ver tan desolada escena. Es un acto impetuoso lo que el tiempo deja. Es el fantasma frío y de tanta ambigüedad. Es la continua pena que embarga mas al frío de su cuerpo. Es el fantasma aquel lleno de tanto frío, que atraviesa la avenida con tanta desesperación. Es el fantasma frío que espera a que el invierno cese de dar el frío en la costumbre. Y, Kurú, enfrente del fantasma forma una luz condescendiente que cruza los motivos de toda razón en una locura. Y, Kurú, le pregunta al fantasma frío: -”¿Que haces aquí?”-, Kurú, riposta… Y, el fantasma frío, inerte, vagabundo no dice nada, cuando se enfrenta al desdén vacío de la soledad. Y, Kurú,viendo la sombra de sí mismo en una pared tan efímera como aquel fantasma frío.