Hay días de odio,
días tediosos y negros,
dolorosos y amargos,
que nos hacen revivir la muerte,
llorar sangre,
gritar al cielo con voz desgarrada,
mirar el futuro desahuciado,
días negros que dejan en el corazón,
una estela de sentimientos amargos
y dolores funestos.
Cómo siento hija tu ausencia,
cómo me invade el frío,
cómo en mi entorno
el mundo me parece bacío.
Fue un amanecer cuando se cerraron sus ojos
y los ruiseñores enmudeciéron su canto.
Te maldigo, muerte, porque te llevástes
lo que mas quería
y en tu danza asesina,
equivocástes tu mano cruel y caprichosa,
en lugar de tener mi vida,
cojístes la que no devías,
muerte intangible,
vida trágica e indefinible.
Oh amada oscuridad,
déjame caminar errante
por tus calles de eterna soledad....
P.M Pedro Monroy Gemio