Amor te dejo, amor me alejo…
pero tú a mi lado siempre vas con tu aroma y peculiar andar
con tu dulce sonrisa que me arranca un suspirar…
Y yo amor guardo tus letras
y guardo la luna en la ventana
que mira al oriente en el patio de mi casa.
Para que algún día de esos fríos y solitarios que vendrán,
pueda sentarme en la silla, fuera de mi cuarto y recordar
que un día me llamaste amor.
Sentir que mi ser me deja,
que desfallezco,
que todo viaja a donde tú estás,
que te busca,
que mi aroma me abandona para cubrirte a ti,
que mi andar no es el mismo,
hoy es más débil y frio,
que mi sonrisa es fingida,
que mi aliento ha desaparecido.
Por eso guardare la luna y tus palabras,
tus palabras me harán vivir el ayer,
la luna me hará soñar el mañana,
así mi alma te acompañara por siempre,
cada noche estaré presente,
en la plenitud del éter,
en la esencia de la vida
y al borde de la muerte.
Si algún día me dejas de amar
no será necesario acompañarte más,
entonces caminare alegre de que tu necesidad a cambiado,
que eres fuerte,
y después recordare que yo te amo,
pero seguiré caminando,
paso a paso, por un camino de luz,
recordándote en cada instante;
mirare las estrellas
y pondré tus palabras en cada una de ellas,
seguiré caminando con el rostro en alto,
hacia un aro blanco,
y soltare alguna lagrima y algún poema,
me desprenderé del calor y de tu esencia,
para que seas libre… mi princesa.
Que yo seguiré caminando
con la meta en mis pupilas,
no me detendré en ningún momento,
no mirare a atrás,
entonces habré llegado a la luna
y de allí eternamente
te podre mirar.