Hay una cordillera entre nosotros.
Hasta tú de vez en cuando dejas a tu pulso guíar tus actos.
Ya sabes que no arremeto, ya sabes que no.
Devuelta al tiempo creado en nuestro edén... veo que te he fallado.
Esta ausencia es una infernal capa de grises llamas. Silenciosas...
Ardiendo en todo.
Dreno mis energías leyendo... y tus fantasmas empujan los muebles