A mi madre
Te pienso madre mía
Y todo mi ser me habla de ti
Y se vuelven caudales de alegrías
Las penas y amarguras
Que alimentan mi sufrir
Ya no te tengo es cierto
Pero cuando más lejos te encuentras
Más cercana a lo mio yo te siento
Y como antes me acurruco entre tus brazos
Cargados de ternuras y de amor
Y vuelvo a ser el niño al que cuidabas
Sin descanso noche y día ¡Que primor!
Cuando la soledad y el miedo me acuciaban
Aunque agobiada por el peso de los años
Estabas tú para ayudarme Madre mía
Que ingrato fui contigo, lo sé bien
¡Nunca pude pagarte cuanto te debía!
Hoy que en este mundo ya no estas
Daría cada minuto de la vida que me queda
Por tenerte a mi lado una vez más