Dormido estaba cuando su mano entrelazó la mía.
Soñando la miré lejana,
inalcanzable astro resplandecía.
De sus ojos brota una flama,
Y el fuego que su luz esparce sobre esferas de cristal
recorre de arriba a abajo la figura que yo siento como mía
Mientras su voz susurra tersa como hoja de Alcatraz
Mi nombre,
en resonancia con la noche austral.
Que me hace despertar con llanto y melancolía
Al tenerla en mi sueño más cercana,
que el recuerdo que se hizo realidad mientras dormía.