El Hombre de la Rosa

¡¡¡ OCTAVAS AL ROCÍO DE LA NIEBLA !!!

 

¡¡¡ OCTAVAS AL ROCÍO DE LA NIEBLA !!!

 

*** Versos de la Rosa ***

 

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Entreveo los giros viendo la fuerza del viento en la niebla

cuando un silencioso albo de los nublos asoma al bosque,

poderosa blancura que tapa su claridad del brillo de Luna

para que evada su efluvio que flota en una frondosa sopa,

sintiendo latidos que extiende el manto de la nube blanca

cuando lo humano coexiste empapado de la eterna niebla,

no veo en sus lágrimas con sus celos la niebla perseguida

 con el plácido encanto que esconden las nieblas de la vida.

 

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Cierra la bruma la puerta firme de los ojos ciegos del alba

cuando su naturaleza se acuna entre su misterio cegador,

arropando esa pradera para que florezca más exuberante

obligando al cuerpo a seguir la senda que pone mi cariño,

sintiendo el llanto opaco que ciega mi conciencia humana

entre las nubes bajas donde ramonea la hierba esa cabra,

esperando que su caldo de nubes bajas de el paso a la luz

para que alumbre un brillo de la mañana en la tierra viva.

 

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Es hermética la certeza de nubes que no dejan ver la vida

aunque sea sólo el lamento que pone la escarcha de Luna,

cuando sus noches enamoradas se mece en bravía pasión

la aurora al ver la sed de amor cubre la tierra de perfume,

hasta que esa sopa blanca esparce voluptuosa su ceguera 

 cuando asoma a los cuerpos el ansia de sentir naturaleza,

esta niebla blanca hay siempre en el camino real por vivir

 buscando otro horizonte que la vida se deja en el camino.

 

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Llora la niebla arropando la hierba con sus gotas de roció

empapando la naturaleza vida del misterio de la creación,

cuando Arcángeles de las neblinas engendraron la calima 

 con la textura nacarada de sus aureolas plenas de belleza,

para que sirvan a tus plantas a revitalizar su generosidad

impulsando al Sol en primavera que enriquezca su planta,

porque nutre la naturaleza que se sumerge entre el albor

 con la ilusión de que contemples el fulgor del firmamento.

 

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La niebla riega una espiga del trigal que es el pan de vida

dejando deseosa la albura en la tahona donde sale el pan,

porque siempre protege al desgraciado su gota milagrosa

auxilia a las arrapiezos que padecen hambrunas de bocas,

porque la niebla siempre ha dejado la simiente del verdor  

 acumulando la sabia razón de amar la tierra que la quiere,

cuando el labrador ve maravillado el sortilegio de blancor

entre los ecosistemas de neblinas que necesitamos amar.

 

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Autor:

Críspulo Cortés Cortés

El Hombre de la Rosa

18 de octubre de 2017