Alguna vez, hace ya demasiado tiempo,
demasiado...
Alguna vez te busqué,
así, sin repliegues, con insistencia,
con una pasión que parecía inextinguible.
Pero ya ves, el camino y sus recodos,
los cansancios, los temores,
los vacíos, las ausencias, los fantasmas...
A veces se formulan otras metas,
y lo que fuera pasión y llamas, apenas humea
en los rincones limpios del pasado.
Hoy busco cosas buenas, sin descaro,
pero cosas al fín, y no tus ojos.
Busco paz para mi alma siempre sedienta,
una paz que nunca encuentro,
que se me escapa inexorable, una y otra vez.
Busco esa comunión que mi alma voraz pide a gritos.
Esa comunión que araño en otras vidas,
que mendigo a otros ojos.
¡No a tus ojos!
Quiero sentirme amado, muy amado,
y quiero amar.
Amar y sentir que amo.
Y, ahí, me desvela el recuerdo de tus ojos.
Me he escondido tras pasiones,
que, al fin y al cabo,
poco arden, poco duran,
poco llenan, poco valen, poco vuelan...
Quiero volver a soñar, pero soñar tus sueños.
Quiero mirarme de nuevo en tus ojos y encontrarme...
Zavalla, 29 de septiembre de 2005