\"Cuando entraste a las páginas de mi vida, tú embelleciste mi historia\".
Que no puedes amarme es lo que proclamas
y sin embargo te encuentras con que me amas
y que suenan por mí en tu corazón los latidos.
Dices que en realidad no has podido entender
cómo es que ahora por mi sentir, por mi querer,
se mantienen tan vivos en ti todos tus sentidos.
Hay razones que pueden explicar que pase eso,
recuerda que yo te enseñé la magia de un beso
y el lenguaje que es capaz de “hablar” un abrazo.
Que pude dedicarte tantas horas de mí cada día,
que llegaste a acostumbrarte tanto a mi compañía
que por momentos sin mí, no querías dar un paso.
Te mostré el lado romántico de cualquier canción,
te hablé del pecado, de la culpa y hasta del perdón
y una noche dibujamos nuevas estrellas en el cielo.
Te enseñé a ir hacia adelante, a nunca desmayar...
Que debías ser consecuente para poder alcanzar
todas tus metas, tus sueños, tus triunfos, tu anhelo.
Te solicité franqueza siempre en cada sonrisa,
que supieras interpretar cuando soplara la brisa
que era como si Dios acariciara toda tu piel...
Te dije que aunque te pudieran tildar de loca,
dijeras orgullosa que todos los besos de tu boca
eran tan dulces y divinos como la misma miel.
Te enseñé a verte desnuda frente a tu espejo
y a que empezaras a amar de verdad ese reflejo
que de ti misma, esbelta y muy hermosa veías,
poco a poco pues, tal vez sin saber cambiabas
y te contemplaba frágil y bella cuando llorabas
y maravillosa y muy mujer siempre que reías.
Ahora por qué me amas es la gran pregunta,
no lo sé... será que por tanta enseñanza junta
de alguna manera algo en tu sentir, en ti cambió.
Es la ironía de la vida, cada persona es diferente;
tú que buscabas el amor verdadero en otra gente
y has descubierto un día, que el amor... soy yo.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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