La magia de los pájaros
ya no es el canto en la ciudad
Los nuevos silbos
sólo
quejas
lamentos
Ausentes las migas
aletean ramajes
harapientos
callejeros
Perezosos ladridos
alertan la fatalidad
Ya no despiertan
solo anuncia la tragedia
calles cansadas
indiferentes
no retozan como entonces
a la antigua sombra verde
Hoy recordamos la niñez