Nunca imaginé esto...
convertirme en espectro de un recuerdo furtivo e hiriente,
evanescente como nubes solitarias,
quizás casualidad vivir en la ironía de algunos días grises,
recorrieron mis pasos en distintas memorias
y no se halló la esencia de mi legado.
Quebré mis sienes al viento para olvidarme de todo,
resiliencia, tormentos, insomnios, cuestionarios e incertidumbres,
enemigo de mi fiel amiga; la soledad,
hibernando entre mis miedos quise partir a lo desconocido,
refugio fuiste, asilo en la cifra simple; cero.
Sublimes espejos hablaron al cielo mudo,
tan tiernos como el ocaso dorado cautivo de miradas perdidas,
firmamento de manto muerte retienes mi luna,
si no te apagas ¿por qué habría de apagar mi vida?
ella habla, a veces inquieta, fugitiva, piel de plata,
luminaria de mis versos, cómplice de mis silencios.
No hay principio más extenso que el miedo a querer empezar,
ni fuerza interior que no resurja de las cenizas,
coleccionista de ceros, comienzos e inéditos instantes,
postro mis huellas en asfaltos sin finales,
sediento de triunfos arriban mis manos a puertos extraños,
infinitos los mares de mis recuerdos,
no mas llantos del ayer prefiero los comienzos de cero.