Sueña hijo, sueña!
Sueña hijo, sueña,
porque tus sueños,
son los sueños,
de la libertad,
y nunca jamás,
de nadie más,
sí de las banderas
que has de izar.
Defiéndelos con ahínco,
sin concesiones
ni dudas,
y hazlos realidad.
Son tus utopías,
brújulas de tu afán.
Que nadie represe,
ni siquiera yo,
tu anhelante plétora,
su raudo caudal.
Tu derecho a cambiar,
a definir tu destino,
exclusivo y sagaz,
es tu deber pincelar.
Eso sí, empinado,
perseverando,
insistiendo,
y sin parar.
Benditos, hijo,
los sueños,
los senderos
que guían tu vuelo