Wilson Amado Gamboa

Monedas de Cobre

Largos y tristes momentos

vives al ver que eres pobre;

quieres que al otro le sobre

y que te tienda la mano,

para volver a pararte

y con valor y optimismo,

logros tener por ti mismo

y agradecer a tu hermano.

 

Dicen que vienen de Cristo,

-“Hijo de Dios es el pobre”-

paga en monedas de cobre,

sueña en monedas de plata.

De pantalón remendado,

lleva la barba nacida,

va sin camino en la vida,

\"triste pelón de alpargata\".

 

Cada domingo en la misa,

da la limosna es el rico,

pues lo que da no es ni el pico

de lo que habrá en su cartera.

Y la moneda del pobre,

ya se enredó en sus calzones,

¡Esas ya son donaciones!

Llenase la monedera.

 

Con la rodilla ampollada,

pasa la vida rogando,

no sabe cómo ni cuándo,

se cumplirá el milagrito.

Piden algunos fortuna,

otros el pan de ese día,

paz y tener compañía

de Jesucristo Bendito.

 

Bajo el poder de la iglesia

pide el perdón prometido.

-¿qué pecado he cometido?-

-Esa pregunta es pecado-

-Rézate cien Padre Nuestros

y otro igual de Ave Marías

y ese perdón que pedías,

otra vez queda aplazado-

 

Hay tanto pobre en el mundo,

tantos que ya son cultura,

los ricos dicen: -“basura”-

los curas dicen: -“tesoro”-.

Mira si un pobre consigue

días de inmensa ventura,

no falta el noble o el cura

tras las monedas y el oro.

 

Hordas existen de pobres,

pobres con manos de ampollas,

son sus familias sus joyas,

cuentan fortuna en centavos.

Pobres que riegan semilla,

hijos que son bendiciones,

oros que en generaciones,

ricos verán como esclavos.

 

Pasan y pasan los siglos,

siguen los ricos ganando,

siguen los pobres rogando,

sigue girando el planeta.

Unos conviven con otros,

quieran o no elaborado,

vive aquí el pobre ocupado,

ponen los ricos la teta.