Siempre ha existido
belleza en ti toda.
Cuando hace años te comenté
que tenías un hermoso jardín,
Te pedí que brotaran
de la tierra rosas blancas.
Me complaciste.
Y me sentí feliz
al saber que tu madre
amó esas rosas,
tanto como yo a ti.
Pues hoy yo quiero decirte
que a las tres amo.
A ti, a tu madre... y a las
rosas de tu jardín.
Las plantaste con amor
hacia mí, porque yo te lo pedí.
Siempre tu madre ha sentido
admiración por mí.
Como el que yo siento por ella.
Una trilogía que tenemos
sentimientos en profundidad.
Tú y yo, por ese mutuo amor
que nos brindamos
porque así lo sienten
nuestros corazones.
Tu madre y tú por ser
hija y madre de la vida.
Yo hacia ella por ser
quien la vida te dio.
Ella por mí, por ser
el elegido en tu vida.
Eres bella, mi amor,
pero lo que más amo de ti
es la belleza de tu alma.
La belleza de la vida
vive permanentemente
en nosotros.
20/10/2017
TENIENTE DEL ESCENARIO