¿Quién eres y qué me quieres?
Soy la Muerte y vengo a verte.
¿Por qué te has presentado si yo no te he llamado?
No necesito que nadie me llame para ser invitado.
Por lo que más quieras, no me lleves.
Por más que ruegues, no te libras.
Habiendo otros más viejos, ¿por qué no te los llevas a ellos?
He venido por ti y de aquí no me muevo.
¿Qué puedo hacer para que me dejes?
Nada. Es inútil, no te esfuerces.
Si me concedieras unos días, yo mismo me entregaría.
Y dime, ¿qué sentido tiene prolongar la agonía?
Pues disfrutar de cada momento como si se tratara del último día.
Es tu último día, así que disfruta, que el tiempo expira.
¿No me concedes ni siquiera un último deseo?
Habla, pero cuidadito, que te veo.
Quiero que mi vida de muerto sea como mi vida de vivo.
Eso está hecho, amigo: pues no hay mejor vida que el olvido.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.