Mi corazón palpita y se estremece,
con solo pensar, te pueda perder,
todo mi ser de pena se entristece,
¡Eres mi adoración, dulce mujer!
En mi ocaso hay un sol resplandeciente
que calienta mi vida pasajera
es tu presencia ansiada, como fuente,
de mi felicidad hasta que muera.
Cuando tomo tus manos, es inmensa
la ternura, que invade mi existir,
ella cualquier dolor fácil compensa,
y le da claridad al porvenir.
Amor mío, ante ti soy reverente,
resalto tu belleza natural,
un ramillete fresco y floreciente,
¡Para mi vida, tierno musical!