Quien pudiera borrar sus caricias
que con tanta dulzura prodigó a mi piel.
Quien pudiera borrar esos besos
que por las noches me daban sus labios de miel.
Sacar de mi retina su dulce mirada
de ojitos bonitos y soñadores;
cual soles radiantes iluminaron mi vida
pintando los días de muchos colores.
Cómo borrar de mi mente el recuerdo
de su piel marfileña junto a mí;
su cuerpo tendido cual ninfa desnuda
envuelto entre sábanas tibias de añil.
No quiero que sepa que aún la quiero,
no quiero que sepa que no puedo olvidarla.
Que sin su presencia yo de amor me muero
que mi corazón aún no deja de amarla...
-. Par