Lecturacompulsiva

Tormenta

Luego de ver al mounstro la confianza no es la misma,

el miedo acecha en cada posible aparición,

incluso el verlo a los ojos cuando esta en calma,

hace mi carne estremecer.

 

Su apariencia engaña a muchos, muy pocos no caen

en el encanto pero siguen aun sin ver que es un mounstro.

 

Predica amor, besa con esa boca con la cual injurio

y abraza con esos brazos con los que hirio, solo queda esperar,

esperar a no encontrarme con su furia nuevamente.

 

Ahora lento y tranquilo ama a su próxima víctima,

 ella sin saber que le espera, descansa,

en sus brazos sintiéndose segura.