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NACIDOS

Altos, bajos. Gordos, delgados. Morenos, castaños o rubios. Jóvenes o ancianos, simpáticos o antipáticos. Blancos ,negros o de cuaquier color. Ateos, de una religión o de otra. Nacidos aquí o allá. Egoístas o altruístas. Hombres o mujeres.

Gentes cargadas de proyectos, de anhelos y de aprendidas y posiblemente regaladas sabidurías. Gentes que comparten omitiendo alegrías y tristezas, que sienten dolor o placer sin diferencias. Gentes con frío o calor, con risas y llantos, de paseo por la vida, con una bocanada de aire aún por respirar.
 

Una misma realidad persiste, lo latente y poderoso de cada uno de los sentidos que poseemos, no cabe corrección que sea suficientemente sabia como para cambiar esta evidencia. Tambien cabe, sin tener que estar concebido por nuestra voluntad el inventarnos un progreso en el desarrollo personal de un estado del bienestar, de una forma u otra todos marchamos en pos de esta meta, sentirnos bien.

Cuando pensamos en la vida, en esta vida, como imaginarla sin uno de sus colores, imagina que de repente desaparece el verde o el azul, que seria de todas las sensaciones que nos provoca ese color, podríamos decir... es solo uno... ,hay mas para disfrutar y ver, pero ese ,ese que provoca goce en cada uno de sus matices no estaría añadiendo su reflexivo, nos faltaria una pieza que contribuyera de una forma u otra al desarrollo, al entendimiento evolutivo.

Es por eso que pregunto_- ¿y si fueramos capaces de darle la vuelta a la historia y el rechazo que sentimos hacía algo o alguien fueramos capaces de transformarlo para acogerlo, al reconocerlo como elemento que fomenta un necesario y constructivo crecimiento?_¿donde estaríamos y a donde podríamos llegar?. Porque no sentirnos la esencia de una magnífica fusión existida con el pasar de los años, de los siglos, en continuas metamorfosis que han provocado el desarrollo hasta lo que hoy somos, pero de buen seguro mañana ya no. Un dinamismo incontrolable manda más que cualquier marinero de este barco, marca un mañana repleto de fragancias y matices.

Aceptar de mayor manera el fluir de lo existente, nosotros gentes de aquí, también las gentes de allá; independientemente de simbolos o de unos estigmas que se hacen llamar creencias. Brindar con y en el respeto de cualquier cultura, basar el entendimiento en una mutua cooperación en la cual no cabe sabotear nunca un color de piel, un género o una imagen. No permitir que una oscura e interesada manipulacion nos oprima el entendimiento y ciegue las oportunidades de goze en nuestra vida.

Ser fuertes para decidir el camino a tomar, no serlo dirigidos por una inculcada manía obsesiva de necesitar hacerse valer o demostrar, ante todo ser padre de uno, el secreto podría pasar por aprender a educarnos.

En el sentir un fuerte abrazo, tan sólo con la entrega de la sincera mirada de cualquier ser, que te reconoce y se reconoce, ahí se confiesa la vida, con ese regalo.

Gentes encontrando el secreto de la perdida del miedo en la fuerza de lo afectivo, rompiendo las fronteras del binomio que simboliza las distancias. Tan verdadero es, que no sabemos apreciar las cosas cuando más disponemos de ellas, o cuando más cerca estan de nosotros, invertimos tiempo en observar atendiendo a la lejania mientras somos ciegos a la valiosa gratuidad que hay justo frente a nosotros, tocandonos, nada distante.

¿A quien no le gusta reir?_ ¿a quien no le agrada sentirse complice de algo y con alguien?. Porque no ser entonces todos complices de un encuentro con el bienestar mutuo y contribuir de continuo en provocarlo, provocandonoslo.

Y en todo esto no se...no se porque la razon de hacer creer o ubicar lo posible como utópico, como aprender a barajar la conveniencia de que hay una parte de realidad que tendríamos que convertir en una ficción convenientemente asimilada que estuvo para provocar una reubicación plena de conocimiento.

Veo como único proyecto factible un proyecto de presente y futuro basado en las gentes y para las gentes, sin tapujos que restrinjan el paso de alguien hacia el disfrute que resulta del poseerse a uno y al resto, justo aquí, sobre este planeta.