He paseado tu piel,
he muerto en tu ausencia,
resucitado con tu presencia.
Mis poros han sentido
el escalofrío de tus labios.
Mis manos
el temblor de tu cuerpo.
Mis ojos
el amor de los tuyos.
Hoy
el tiempo suspendido,
ese impás doliente y callado.
Ayer
la muerte negra.
Mañana
la esperanza ciega.