EPISODIOS LEGIBLES
XXI
Y desde el banco más anónimo de la clase
me puse a observar...
vi tantas cosas que no puedo enumerar.
Aprendí. También desaprendí.
Vi toda la vida enfrascada en una botella:
conocimientos, conductas, normas,
la intensa convivencia;
libros y más libros; sueños, errores...
¡Tanto conocí desde aquel escondido puesto!
También de temores, burlas y atropellos.
Hoy, grande, en la clase de la vida
he vuelto a repetir las mismas cosas...
esta vez, desde mi incógnito lugar.
XXII
Quise sentirme superior desde pequeño,
subí a los más altos cerros,
cabalgué libremente por lugares
que la imaginación quiso;
me hice amigo del viento,
dije lo que quise a viva voz:
vehemente al leer la prosa y el verso,
canté fuerte, hice arrogantes discursos.
Fui un ser superior, un inmortal...
al menos, en esa época gloriosa,
así me sentía.
XXIII
Leer los claros y borrosos mensajes,
seguir su huella nítida, también la invisible.
Avanzar en busca de recompensa
que jamás se alcanza;
pero seguir en su búsqueda,
hacer lo imposible por lograrla
y en ese seguir su búsqueda,
se olvida qué se busca.
XXIV
En el más completo silencio
ése, donde nada se percibe,
está el resumen escrito
del más hermoso cuento...
en esos momentos el cuerpo se adormece,
los sentimientos se viven en plenitud,
se percibe lo que jamás
con tanto ruido se siente.
Bello silencio, sabiduría viva que escaseas
a cada momento. No se te siente como antes,
te has alejado, exiliándote
en aldeas abandonadas, en viejas tumbas...
silente vivo, enmudece a la bullida vida
que te ofende.
XXV
Después de leer tantas páginas,
traté de pensar como los otros...
los sabios, los artistas, los vagabundos...
¡Qué enriquecedor ha sido!
No he pensado en murallas, en nada artificial,
en lo complejo o limitado de las cosas.
Pensé mensajes azules por el cielo, precipitándose
uno a uno por todas las latitudes;
sólo medité cuestiones buenas,
nunca tuve perturbaciones.
Mi vista no se limitó sólo a lo que estaba cerca,
también vio lo invisible,
lo perfecto en todo.
Pensé mejor.
Hoy esta vivencia me ha hecho mirar distinto,
diferente a los demás.