Esbelto chopo de la rivera
tu sabes de mis soledades,
de largas horas de espera
e imperiosas necesidades.
Te contemplo al pasar cada día
admirando tu divina fortaleza,
robustez y vigorosa presencia
en armonía y natural belleza.
Cuando llego ante ti me detengo
acariciando tu tronco gris-plata,
tú, compañero y fiel amigo
que vences y aguantas.
Quiero ser, como tú,
eterno luchador constante,
subir hasta el cielo como tú
para ver a Dios un instante.
Quiero estar, como tú,
bajo el sol y las estrellas,
quiero enraizarme como tú
en las verdes praderas.
Y escuchar el viento silbar
en otoño y primavera,
la suave lluvia refrescar
la humilde enredadera.
Esbelto chopo de la rivera
bajo tu sombra hoy te escribo
unos versos que quisiera
grabar en tu limbo.
Fina