Santiago Miranda

La máscara

 


Un yo ilusorio, momentáneo
No puedo dejar de ser sino esa imagen
Fantasmagórica ficción constante
De seducción al mundo provisorio

Un yo que habla, sobre Yoes
Que carga imaginario, legiones
De nombres y réplicas, de temblores
Un manto de hambre que no se sabe a sí

Sitiado, en lo contextual situado
En la habla de un otro, en la imagen
De un otro, en un deseo desplazado²
Todo o nada es otro, yo siendo otro

No soy sino nada, aire tras aire
Cielo explotado en paquetes
De suspiros, sueños, hablamos
De direcciones más no sabemos
Cuál camino de todos hemos tomado

Nos amamos, claro al paso
Por amarnos y nos dejamos
Ahí estar amados, pero esta máscara
Que han amado con imagen no soporta

Las danzas de fuego, el rito
La exhumación de logos tribales
Quisiera arrancarme la apariencia
El tiempo de encima como la ropa

Al hacernos juntos al fin sin miedo
De muerte, de ser borrado, al fin
Eterno ¡Ah cuánto cambiaría entonces!
No habría palabras, ni soles, ni duelos
No habría un otro y no estaría luego

Aquel yo confuso, ambivalente
Habría mar y cielo tan mezclado
Y hecho esfera por el tiempo
Un gravedad que centrifuga como una

Luz que purifica ¿Te imaginas
Lo que sería la zona oscura
E iluminada al mismo tiempo?
Un tambor lleva cada ser en su pecho

Resonando invariable hasta haber encontrado
Su propio ritmo, se desactiva de golpe
Y corta la palabra hacia su origen
En su sentido originario, inmutable y contrario