Una mañana de primavera
me encontraba en un jardín
rodeado de lindas flores
de belleza sin igual
sola una entre todas
cautivó a mi corazón.
Al verla aquel día
su belleza y perfume
llamó mi atención
era bella, muy hermosa
cual lucero de David.
Desde aquel día
suspira por ella
mi enamorado corazón
la cuido y la quiero
a tan delicada flor
la riego cada día
con pasión y mucho amor
para que no se marchite
su tierno corazón.
Cada día que pasa
siento tan mío su amor
y cuando llega la noche
me pongo a escribir
versos del alma mía
para ella
mi sublime amor.
Viviré para amarte
¡Oh! mi linda flor
enamorado y feliz
cantaré por tu amor
esperando el momento
que me des de beber
el néctar de tus labios
y tu aroma de mujer.
Autor : Mauro J. Cassaño
mallíto
22/10/17