Hugo Emilio Ocanto

°°° La magia de la música °°° (Prosa poética) - Autor: Rafael Molero - - Interpreta: Hugo Emilio Ocanto - - Grabado -

LA MAGIA DE LA MÚSICA

(PROSA POÉTICA)

 

Domingo de diversidad a través de los sentidos cuando la música

en su máxima expresión es duende apetitoso. A ti, sol de música

purificada y lustrosa abres mi cielo a los ojos del corazón.

 

Renace una existencia de perfección en mi cuerpo, lleno de escalofríos,

paulatinos entre los acordes de mis vocales sincronizando cada color

que se abre al cielo consagrado.

 

Mi temperatura en la habitación ha encontrado una quietud que la siento

sensible al paladar el universo y noto el mar y el océano que flotan como

si yo fuera otro.

 

Fantástica y azucarada melodía de noche y de día, vivacidad eterna

sintiendo la música que me flota con una sensación de mis años

transcurridos. Me gusta enredar la música rizada entre mis dedos, la que

me hace esclavo en todos tus rincones.

 

Sol moderado que ama la vida, como yo te amo cuando te siento. Y

miro tu boca perfecta con tus dientes blancos, que me embriagan

durante toda la tarde hasta que viene la oscuridad de la noche. Porque

sin miedo me quedo contigo como caballero valeroso y eterno, con tu

perfume de intensidad.

 

La tranquilidad de sentir la belleza de la música me eleva a la bondad

maravillosa y sonreír intensamente a la brisa de la tarde. En mi jardín de

infancia en los atardeceres del otoño, cuando las hojas se oyen susurrar

deleitándose en los amaneceres. Ya que tú eres el talismán de la música

de piano, de guitarra, de trompeta, del clarinete. Notas multiplicadas.

 

Si la estética de la música forma parte de mi corazón, las notas suben

delicadas poderosísimas, durante la intimidad de mi ser; y mi poesía

vibra trajinando la nota , aquí dentro de mi corazón.

No quiero más jardín, quiero la miel de la nota Sí. Para sentir la magia

de mi niñez, quiero la fertilidad de esta nota. Eternidad paradisíaca

donde sólo la musicalidad encuentra la luz, principio y fin de todos mis

sentidos.

 

Dominio de la apariencia y de la verdad, fructífera ventura que sube por

mi garganta. Rojo que fluye satisfactorio, nirvana de mi existencia para

entender la humanidad suprema, cuando la música imperecedera

asciende desde la tierra hasta sentir el céfiro de la extraordinaria voz de

la creación.

 

            Si, do, re,

                                   primordiales

                                                privilegio del sol

                                                                       entre la música

                                                                                   indubitable

                                                                       de tus manos únicas.

 

                                   Manuel a 3 de mayo del 2013

                                   Autor: Rafael Molero Cruz

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