Debe saber que traigo una pena,
que cargo con mucho Dolor,
porque me he enterado es ajena
y así no puedo contarle de mi amor.
Pienso en usted mujer buena
y una sonrisa me logró dibujar,
ignora como mi corazón suena
al soñar que yo le puedo amar.
Pero usted es mi gran tormento
y en silencio llevo esta condena
al que no renuncio un momento,
a tenerle por una noche serena.
No lo sabe, pero amo sus ojos
el brillo de su sedosa melena,
sus caderas y todos sus pasos
y el perfume de su piel morena.
Si alguna vez fuese solo suyo,
del amor no rompería cadena
ya que yo me moríria si huyo
de su lado ... mi amada Elena.