La abuela en silencio miraba las fotos,
que un álbum, pasivo mostraba en sus manos.
Sus hijos y nietos, sobrinos y hermanos,
posaban alegres en tiempos remotos,
en sitios casuales y días lejanos.
Desfilan recuerdos que saltan burlones,
en cuadros que inspiran nostalgia y sonrisa.
Algunos entre ellos la miran sin prisa,
y arrancan suspiros de paz y emociones,
que a paso tranquilo se lleva la brisa.
El álbum abierto, danzando en su canto,
le da el privilegio de un plácido vuelo,
que cruza en el tiempo, se adentra en el cielo,
y deja en sus ojos un cálido llanto,
al ver en las fotos, sonriente al abuelo.
Cual brisa apacible pasaba el minuto,
y olvida la abuela las horas inciertas,
el sol calentaba ventanas y puertas,
el radio brindaba silencio absoluto,
y el álbum se duerme, con hojas abiertas.