Armonioso es el canto de las olas,
éxtasis dulce causa a los oídos,
escuchar ese mar con sus rugidos,
presos sin voluntad en caracolas.
La esplendorosa luna de la noche,
pinta con sutileza el oleaje,
engalana de alfombra alba, el paisaje,
belleza convertida con derroche.
Lejana se levanta una fogata,
ígnea flama, inquieta se levanta,
la quietud y armonía, así quebranta,
pero un bello escenario se retrata.
Una estrella se asoma cavilosa,
observa muy atenta lo que ocurre,
la vida es levedad, pronto discurre,
deja siempre una estela misteriosa.