En los cementerios solamente
Se descompone la carne inanimada.
Ella es más que eso.
Es un ser que aprendió a ser alma.
Camina sabiendo que su andar es pasajero
Y sin previo aviso, previno todo
Lo que no está a su alcance saber.
Su cuerpo era un refugio
Donde se podía aislar,
Con frutos colgando y de sus racimos
Todos se empezaban a alimentar,
Su sonrisa se dibujará por más que
Apolo no la lleve a triunfar.
Aunque sus ojos
No se enfoquen en eso
Lo puede observar.
Enamorada de un recuerdo
Sueña que vive y marchita por dentro.
Todo está muerto
Hasta que lo vuelve a tocar.
Ella volverá.
JULIETA IALLORENZI
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