Son los latidos de mi corazón
que funden las palabras de mi pluma,
me hacen perder pronto la razón
y que mi alma lento, se consuma.
El humo del incienso que en mis manos
se escapa lentamente entre mis dedos,
me trae consigo recuerdo vanos,
momentos pasados que hoy son recuerdos.
Pienso: del cuerpo el cuello es lo más fuerte
zonas corporales fuertes hay cientos,
mas sólo el cuello aguanta hasta la muerte
pesos de recuerdos y pensamientos.
Cierra los ojos, abre bien tu mente,
notarás el peso de tu presencia
como cuando Dios que en éter presente
se pregunta por su propia existencia.