Los pensamientos paradójicamente no me dejan pensar
Las ideas tardan cada vez más en llegar
Y con este agotador intento de voluntad
Intentó sacar alguna parte del vacío de mi interior.
Incauto es el enojo al intentar salir
Hace eco en el porvenir de la vida diaria.
Fríamente pensativo está el desacuerdo
Que permanentemente me hace renegar solo
Con los pormenores cansados de silencios
El sórdido manantial de lágrimas decaía,
En pequeñas cantidades que recorrían mis mejillas
Y al pasar quemaban mi piel como brasas ardientes
Mis propias lágrimas se reían por mi estado
Su risa penetraba en mi alma sombría.
Consideramos todas las alternativas posibles
Pero la decisión fue mutuamente errónea.
Ambos ojos lloraban amargamente su pena
Nos mirábamos fija y firmemente.
Era tanta la tristeza a la que nos sometíamos
Que las nubes lloraron junto a nosotros.