Había una vez un silencio aterrador en la calle “Las Barajas de Oro”. Todas las casas, los jardines y toda la calle era elaborada todo en oro. Las personas eran hechas de oro y los automóviles también. Todo de oro. Las casas simulaban los naipes y por eso se llamaba la calle así “Las Barajas de Oro”. Pero, eso sí, eran mas de cincuenta y dos casas por lo tanto se repetía la baraja en la misma secuencia. Pero, faltaban dos casas sin barajas, y se les llamaba la sota de oro y la otra basto por las barajas españolas. Entonces, llega Orito, un niño de la vecindad que así sus padres lo llamaron al nacer. Orito, se siente muy afortunado por ser tan rico como la calle “Las Barajas de Oro”. Cuando se da cuenta que todo es un engaño, que solo es la apariencia de la que se tenia que vivir. El, decide hacer un juguete futuristicos para el bien de la humanidad y del mañana. Y fue un artefacto, como un método de hacer escuchar el sonido del mar como un caracol. Lo elabora con lo único que tenia a su alcance: oro. Y le queda muy bien. Y todos los niños en la vecindad se entretienen escuchando las olas del mar, pero, Orito, no se da cuenta que el mar se lo lleva a el, como la ola del mar. La calle “Las Barajas de Oro”, estaba casi al lado del mar Barco de Oropel, en la ciudad de los Naipes Brillantes. Orito, decide adentrarse al mundo del mar cuando eleva una baraja de As de corazón por el artefacto que invento, y no se imaginan que… que se la llevo lejos de aquel artefacto que el mismo creó. Y el, la persiguió hasta el fondo de aquel mar abierto. Y no saben que...que llego hasta la arena fría y tan desierta como el mar incierto de aquel océano y sin gente, y solo y en soledad se debatió entre lo que el niño Orito, se encerró en su mundo en todo un mar abierto. Desde que el universo pinto a oropel en la calle “Las Barajas de Oro”, todo quedo como la luz del mundo sin luz. Porque Orito es, era y sera la luz universal de la calle de oro. Mientras, que Orito, va en busca de la verdad, su reflejo se ve en una piedra del mar abierto como un espejo en que solo se debió de reflejar su rostro. Y creció como todo un hombre, mientras la calle “Las Barajas de Oro”, quedo sin el oro, en oropel o de cobre con un color muy oscuro. Y Orito, no volvió mas a la calle “Las Barajas de Oro”, cuando se dio un percance en un tsunami en que lo trajo de vuelta a su casa en la calle “Las Barajas de Oro”. Y volvió la luz, el oro y las casas se tornaron otra vez como naipes y la sota volvió a retomar su oro y el basto también. Todo de oro. Y Orito, tan grande y gigante como aquella calle, reconoció a sus padres que volvieron a retomar su color de oro en la piel. Y quedo todo muy hermoso, menos aquel mar que regreso a su estancia y se creó como todo el oro de la calle “Las Barajas de Oro”. Y se creyó que era un hechizo o una mentira en que se vivía, pero, Orito es, era y sera como el oro, sin ser oropel, porque es tan real como aquella calle de “Las Barajas de Oro”. Y fue feliz hasta que el silencio, otra vez, volvió a escuchar el mar abierto entre aquel artefacto que lo hizo crecer como todo un hombre lejos de casa. Y volvió a ocurrir, pero, esta vez, se llevo el artefacto con el. Y no saben que… que creó a toda la calle “Las Barajas de Oro” en todo aquel océano del mar abierto. Y todo el mar fue de oro y para siempre.