Nuestras miradas mudas,
nuestras palabras no encuentran correlación,
viajando en combaduras opuestas
hacia la irrelevancia del hablar
Cual dos sonámbulos, ,
encapsulados en sueños distintos,
inconscientes del sonido al caer las lágrimas,
una erosión paulatina de acuerdo mutuo
Envueltos por el monótono
a compartir las tardes de silencio,
temblamos en la desnudez
de horas lúgubres de desprecio
Afligidos por batallas derrotadas,
ningún consuelo otorgado,
mientras heridas sangran
por la mera falta de empatía
La foto por cortesía de Jérome Coppo