No puedo ni quiero olvidarte
No es para nada mi deseo
Soy otro tan pronto como te veo
Despertándose siempre las ganas de amarte.
Te imagino como eras siendo niña
En tu campo rodeada de tus animales
Tenía un burro, un gato, todos racionales
Nunca les pegaba, no conocían la riña.
Mira esa silvestre rosa
Milagro que crezca sola
Potente la pequeña diosa.
Pobre roja y descarada la amapola
Pequeña llama ardiente y hermosa
Se alza de la hierba como una ola.