Moviéndose con la soltura de un pasajero diurno
entrando como el feroz aire en lo noctámbulo,
sonríen entre suspiros mordiendo cada última línea,
como reverencia al verso abrazan sus elogios,
cómplices,
en un silencio crepuscular susurran,
acercando los sentimientos y juntando los recuerdos,
estirando los círculos infinitos de lo escrito,
se entrelazan en un goce sin afán
abrazando los íntimos vaivenes de los versos,
fundidas en un sueño susurrando al oído,
impávida ante las letras caen vencidas las pupilas.
---- Romo --- Rodrigo Rodríguez --- 2017