Un cargamento de años ha doblegado tu espalda
de tanto recorrer la vida tu paso se ha hecho lento,
y hoy vas por la calle como brizna en el viento
surcado de arrugas tu rostro, igual de arrugada tu falda.
De ti huyen los niños, ignoran tus sentimientos,
ignoran que tu corazón la pureza resguarda;
eres soldado vencido que después de una lucha gallarda
ayer vieron tu euforia y hoy solo ven tu agotamiento.
Oh viejecita que quizás viviste de ilusiones falsas
te veo dando tumbos mugrienta y descalza
recorriendo las calles de mi ciudad…
Solo esperas con paciencia tus últimos días
aislada del mundo, llena de agonías
sumida en el silencio de tu mendicidad.