Una noche rozaste mis labios
Reposando en mi morada.
Me hablaste .. directamente
con tu sonrisíta en la cara.
Y mencionaron que marchaste
mas allá de las montañas.
Ese día había chubascos
y caía chaparrada.
Diez años laboramos juntos
con alegrías y lágrimas.
Te ausentáste silencioso
a las montañas lejanas.
Orgullosa estoy .. de tu vida
que bien tu disfrutabas!
Feliz de haberte conocido
compañero del alma.
Autora
María Luisa López Pisú