Vertí mi labio
de clamores...
en cásida perdida
y desbocada,
en lánguido...
y anárquico poema,
herido por el filo
de su espada...
y anuda mi anuncio
sin condena,
de pálido...
y homérico brocado,
venciendo...
la noche
sin memoria,
de sueño...
desnudo
y descuidado.